
El extraño del pelo largo… y barba
18/08/2023Tras el golpe de Estado de 1973 en Uruguay, las autoridades de la educación pasaron a controlar el largo del cabello de los estudiantes de nivel medio. Parece que en Carmelo un profesor tenía coronita. Esta nota forma parte de nuestra serie conmemorativa del golpe de Estado. Foto: Paula Gómez. Intervención del Gremio de estudiantes del IAVA por el 20 de mayo.
Juan Francisco Bacigalupe
Los años que corresponden a cursar el ciclo de secundaria tienen para todo adolescente una impronta de efervescencia, apertura al mundo de una manera donde no se miden las energías y los riesgos. Me acuerdo que en aquel 1975 en pleno desarrollo de la dictadura, el Poder Ejecutivo había decretado el “Año de la Orientalidad”.
Era la reafirmación de una nueva identidad nacional, entendida para celebrar acontecimientos bélicos, figuras cuestionadas y realizar muchos discursos exaltando el “orden”, culminando con desfiles cívico-militares por doquier.
La enseñanza estaba intervenida, perseguidas sus anteriores autoridades, los docentes hasta la destitución y el encarcelamiento. Y para un adolescente que le digan cómo hay que hacer las cosas, ya es síntoma de represión. Más aún cuando llegaron a todos los centros de enseñanza, las normas de aspecto personal y de vestir para alumnos y docentes.
Esto era ya la invitación a la más pura revolución. Se exigía que las mujeres vistieran como uniforme pollera… pero tenía que sobrepasar el largo de la rodilla. Y si tenía pelo largo debía estar recogido y con vincha.
Para los varones la situación no era mejor: el pelo debía ser corto fijando límite en la nuca, no debía tocar el cuello de la camisa, no podía tocar la oreja y la patilla no debía ser más larga que el lóbulo. En caso de tener bigote no debía pasar la comisura de los labios. Se prohibía terminantemente la barba. Debía además portar uniforme.
El Director de la Escuela Técnica de Reparaciones, Construcciones Navales y Anexos (ERCNA) de entonces, Prof. Ramón de León, fue clase por clase un día miércoles. En su visita anunció que había recibido la orden a través del Consejo Interventor de UTU, con las medidas para instrumentar y que comenzaría el día lunes. La desazón fue grande, era una época en que la moda era todo lo contrario a las disposiciones como por ejemplo pelo largo, barba, faldas cortas y cuellos grandes.
Y llegó el día lunes a las 7:30. El histórico portón de acceso estaba cerrado y tras él, el adscripto Eduardo Costa con la lista de alumnos por clase. Posiblemente en el ímpetu de los jóvenes espíritus, esta escena era lo más parecido a la toma de la Bastilla, pero la realidad se asemejó más a un cordero próximo a su esquila.
Cuando llegamos, formamos fila en la calle. El portón se abría pocos centímetros. Costa dejaba pasar de a uno y lo inspeccionaba rigurosamente. Ese día más del cincuenta por ciento no pudieron entrar a clase y como consecuencia: se le colocaba la falta del día y en la planilla se dejaba constancia de la situación. Si se reiteraba, suspensión por un día y así sucesivamente.
Algunos apelaron a ingeniosos métodos para sortear tan insólita severidad: se aplastaban bien el pelo y a la gomina, se utilizaban camisas grandes, se bajaban todo lo posible y caminaban con la cabeza hacia abajo, como buscando algo, para que el pelo no tocara el cuello o se recortaban la barba, todo lo que pudiera burlar la medida.
Pero nada de esto funcionó por la rigurosidad del adscripto. Y aquí comienza la segunda parte de esta anécdota de historia real de esos tiempos, con sospecha propia de adolescentes rebeldes. Teníamos un buen profesor de matemáticas que era arquitecto, daba clases en todos los centros educativos de enseñanza media e integraba casi todas las instituciones de la ciudad.
Su aspecto era totalmente contrario a las normas, pelo largo y barba abundante estilo José Pedro Varela. Dio clases así todo ese año sin el menor inconveniente. Nosotros cuando estábamos reunidos en recreos y acontecimientos sociales nos preguntamos: ¿por qué él podía y nosotros no?
Por ello como los versos de El extraño del pelo largo de Grupo beat: La Joven Guardia 1969.
Inútil es que trates de entender
o interpretar quizás sus actos,
el es un rey extraño
un rey del pelo largo”
Era el extraño del pelo largo y barba y lo fue más allá en el tiempo, luego de ese 1975.
Pasados los años, numerosos testimonios le manifestaron al autor, que se trataba de un importante agente al servicio de las autoridades de la época.