Juan Lacaze, la que no baja los brazos, cumple 70 años de “ciudad”

Juan Lacaze, la que no baja los brazos, cumple 70 años de “ciudad”

09/05/2023 09/05/2023

Juan Lacaze completa hoy 70 años de su declaración de “ciudad”, en plena reconversión de industrial a turística, de sindical a asociativa, y de obrera a artística y deportiva, sin renunciar a su impronta solidaria. (Foto: Banda obrera pintada por estudiantes de Bellas Artes en 2014).

Luis Udaquiola, Edy Nassif

Desde que hace cinco años cerraron sus dos principales industrias, la ex ciudad obrera demuestra todos los días que no baja los brazos. Para ello coadyuvan el buen funcionamiento del concejo municipal, el espíritu colaborativo del Centro Industrial y Comercial, la vocación participativa de muchos vecinos, la acción solidaria de otros y, por supuesto, la resiliencia adquirida en otras batallas.

Dos ejemplos recientes fueron la postulación de Juan Lacaze, aunque no prosperó, como sede del Centro del Suroeste de la Universidad de la República (Colonia y Soriano), y el lanzamiento la semana pasada del programa Un Niño Un Instrumento, que enseñará música gratuitamente a más de 100 niños y adolescentes de la ciudad durante los próximos tres años.

En 1909, con las industrias papelera y textil en pleno funcionamiento, Juan Lacaze fue declarada “pueblo”, y en 1920, durante el gobierno de Baltasar Brum, promovida a “villa”. En mayo de 1953, durante la presidencia de Martínez Trueba, fue declarada “ciudad”.

“Es una localidad esencialmente fabril, de población netamente obrera, y que a través de sus largos años de existencia ha acusado un crecimiento progresivo, un ascenso continuado debido casi exclusivamente al esfuerzo tesonero de sus habitantes, de sus pobladores y de la industria en particular, que tiene asentadas sus raíces en esa localidad”, explicó el entonces diputado Buscarons Dotta el 3 de noviembre de 1952 en una sesión de la Cámara de Representantes. Y continuó: “Podría citar un sinnúmero de obras llevadas a cabo sin ningún apoyo oficial, con el simple esfuerzo de los habitantes y con el denodado esfuerzo económico del comercio y de los pobladores”.

El 15 de marzo de 2009, la ciudad conmemoró el centenario de la designación de ‘Pueblo’ y la denominación como “Juan L. Lacaze” del caserío de “Puerto del Sauce”. En la oportunidad se desarrollaron una Jornada de Historia Regional con la participación de Marcelo Díaz Buschiazzo, Omar Moreira, Sebastián Rivero y César Mora, y un acto en la plaza José E. Rodó en el que el investigador histórico Edy Nassif leyó la siguiente reseña.

El mejor fondeadero

“Desde las épocas del Descubrimiento, nuestras costas y especialmente nuestra bahía fueron bien conocidas y apreciadas por navegantes españoles, lusitanos, franceses e ingleses. Esta ensenada era el mejor fondeadero, el más protegido lugar para echar el ancla desde Montevideo hasta San Gabriel, la que luego sería conocida como Colonia del Sacramento.

Por aquí pasó el navegante Pero López de Souza en 1531; por estos arenales caminó en 1538 Ulrico Schmidl, integrante de la expedición de Don Pedro de Mendoza, primer adelantado del Río de la Plata y fundador de la primera Buenos Aires. Aquí estuvo fondeada la flota del Capitán Mc Namara, con el navío “Lord Clive” a la cabeza, antes de atacar Colonia del Sacramento en enero de 1763.

El Rincón, Punta Grosa, el Paraje de los Canelones, el Surgidero del Sauce, la Estancia de Gueli, todos esos fueron algunos de los nombres con que se conocieron entonces estas costas y estas tierras. Pero hubo que esperar hasta 1786 para que este lugar recibiera el primer emprendimiento de real importancia.

Francisco de Medina fue un hombre práctico, de gran espíritu de empresa, audaz y de gran movilidad que instaló aquí el primer saladero industrial del Río de la Plata. Esta empresa fue realmente colosal para la época: contaba con unas 200 personas empleadas, más los peones y los puesteros, y tenía además casi 100 esclavos. En ese mismo momento, los saladeros más importantes en la Argentina no pasaban de tener 70 personas empleadas.

Pero a Medina lo traicionó la salud, y en 1788, apenas dos años después de iniciar su emprendimiento, muere, con sólo 39 años de edad. Después de Medina, al saladero llegó Manuel de Lavarden, pero tampoco tuvo éxito; y el establecimiento dejaba de existir en 1798, luego de un incendio que destruyó las instalaciones. Mas tarde, alrededor de 1840 se instalaron Larravide y Blanco, con otro establecimiento para salazón de carnes, grasería y cebería; y las ruinas aún permanecen a los fondos de La Granjita Sabalera.

Pero ninguna de estas factorías pervivió en el tiempo, ninguna tuvo efectos transformadores que fueran realmente perdurables. Apenas si dejaron en esta zona a un puñado de personas dispersas en algunos ranchos, que sobrevivieron gracias a la pesca y al trabajo eventual en algunos campos de los alrededores.

El verdadero disparador del proceso que permitió la generación de este centro poblado se produjo fuera de fronteras. En 1882 el Poder Ejecutivo de la República Argentina aprobó la fundación de la capital de la provincia de Buenos Aires, y el 19 de Noviembre de ese mismo año se coloca la piedra fundamental de la ciudad de La Plata, ubicada en la rivera sur del Río de la Plata, allí, frente a nosotros.

Entonces aparece en escena Juan Luis Lacaze; que encomendado por la empresa Médici, Lavalle & Cía. compra un predio de 10 cuadras de frente por 11 cuadras de fondo sobre la costa de la Bahía del Sauce, y el 17 de Enero de 1884 recibe del gobierno de Máximo Santos la concesión para exportar arena y piedra de este lugar con destino a la futura ciudad de La Plata.

Esta fecha, 17 de Enero de 1884, bien podría considerarse como el “Inicio del proceso fundacional” de esta ciudad, porque con la instalación de la empresa arenera de Medici & Lavalle se inicia una etapa de creación, consolidación y desarrollo de un centro poblado, y ese centro poblado es el que perdura hasta nuestros días.

De la mano de Juan Lacaze la arenera prosperó y se expandió. Al trabajo en la zona del Puerto del Sauce se sumó el de las Canteras de Minuano y en 1896 Juan Lacaze y Bautista Médici forman una sociedad con el fin de realizar la construcción y ensanche del Puerto del Sauce, a cambio de su operatoria en exclusiva. Este dato es por demás interesante, ya que configura el primer caso de privatización que vio este lugar.

Dice José Carbajal que en Juan Lacaze “el río es de todos, por lo menos en este pedacito”. Foto: Sebastián Sabalsagaray.

La expansión de las actividades empresariales, sumadas a las obras del muelle, permitió incrementar el movimiento de mercaderías producidas no solo en Puerto del Sauce, sino también de toda la Región del Colla y promovió la instalación de más empresas y la concreción de otras obras.

Así, en 1898 Cavajani, Puppo y Badi instalan la Fábrica de Papel, alentados por la ubicación geográfica, por el agua abundante y las excelentes prestaciones portuarias. En 1899 se inaugura la línea del ferrocarril a Puerto del Sauce.

En 1905 comienza la construcción de la fábrica textil de los hermanos Salvo, que se inaugura en 1906. Estas dos grandes fábricas, la textil y la de papel, serían las gestoras del perfil, la personalidad, el carácter y la idiosincrasia de los habitantes de este pueblo.

Lamentablemente, la fuerza y el empuje de Don Juan Luis Lacaze se apagaron definitivamente en agosto de 1908, cuando muere en Europa; vencido por una enfermedad que lo agobiaba desde su juventud y pocos meses después de su fallecimiento se produce el hecho que hoy nos convoca:

El 15 de Marzo de 1909 el Senado y la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay, reunidos en Asamblea General, decretan que con el nombre de “Juan L. Lacaze”se declara PUEBLO al grupo de casas situadas en el Puerto del Sauce.

Esa fecha y ese ascenso de categoría es lo que hoy festejamos especial y fervorosamente. Desde el 15 de marzo de 1909 el grupo mayoritariamente de ranchos que se aglomeraban en estos arenales pasaron a ser un Pueblo, con la instalación de autoridades y servicios públicos que correspondían a su nuevo estatus, tales como el Juzgado, la Comisaría y la Comisión Auxiliar.

También conmemoramos hoy la denominación del pueblo con el nombre del muy activo empresario Don Juan Luis Lacaze.

En el transcurso de estos 100 años, el pueblo se transformaría luego en Villa y más tarde en Ciudad. Llegaría la inauguración de la Escuela Pública, la primera Cooperativa de Consumos del país, la Biblioteca, el liceo los clubes sociales, los clubes deportivos y el conjunto del pueblo conocería épocas de gran desarrollo y expansión.

También se vivieron tiempos dramáticos y oscuros, tiempos de temporales e inundaciones, de fracaso laboral, de emigraciones forzadas, de dolorosos silencios. Pero el tiempo no pasa en vano, y estos 100 años fueron el telar donde se tejió el carácter y la personalidad del saucense, del sabalero, del lacazino. Un carácter de trabajo, de esfuerzo y de superación. Un carácter que nunca reniega de la arena y el aire donde vive, donde respira y donde muere.

Muchos logros se alcanzaron desde aquel 15 de marzo de 1909, pero también mucho queda por hacer”.