
San Fernando, de pueblo desconocido de Chile a epicentro de un milagro
13/12/2022El 21 de diciembre se completan 50 años del rescate de los sobrevivientes de los Andes, días después de que Nando Parrado y Roberto Canessa escalaran un pico montañoso en dirección a Chile, y se encontraran con el arriero Sergio Catalán cerca del pueblito de San Fernando. (Foto: Escultura en honor al arriero Catalán, por Elvis González).
“El recuerdo del milagro de Los Andes se mantiene vívido en la pequeña localidad chilena de San Fernando, ubicada 130 kilómetros al sur de Santiago de Chile y desconocida para el mundo hasta que en 1972 se convirtió en el epicentro del rescate de los sobrevivientes del accidente aéreo”, publicó en octubre la agencia EFE. La nota fue escrita por la periodista Meritxell Freixas.
El accidente del avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya ocurrió el viernes 13 de octubre de 1972, cuando el Fairchild FH-227D de un vuelo chárter —que el día anterior había partido de Montevideo (Uruguay) a Santiago (Chile)— se estrelló en la cordillera de los Andes. El accidente aéreo y la supervivencia posterior se conocieron como la Tragedia de los Andes y el Milagro de los Andes, respectivamente.
La aeronave transportaba a cinco tripulantes y 40 pasajeros, incluidos 19 miembros del equipo de rugby Old Christians Club, junto con algunos familiares, simpatizantes y amigos. Tres miembros de la tripulación y diez pasajeros murieron inmediatamente. Durante la primera noche, fallecieron cuatro personas debido a las gélidas temperaturas y sus graves heridas. En las semanas posteriores, murieron 12 más —ocho por un alud—.
Los 16 supervivientes sufrieron penurias extremas, como la congelación, la sed y el hambre; a regañadientes, recurrieron a la antropofagia. Cuando el clima mejoró con la proximidad del verano austral, el 12 de diciembre Nando Parrado y Roberto Canessa escalaron un pico montañoso de 4650 m s. n. m. sin equipo y caminaron hacia Chile, donde se encontraron con el arriero Sergio Catalán, que posibilitó su rescate el 21 de diciembre, tras recorrer unos 38 km. El 23 de diciembre de 1972, 72 días después del accidente, se rescató al último de los supervivientes que habían quedado en el fuselaje.
El salvamento de los 16 uruguayos que se mantuvieron con vida durante 72 días en la cordillera marcó la historia de un municipio que a principios de los años 1970 no superaba los 28.000 habitantes, según el censo de la época (hoy son 74.000).
En San Fernando y sus alrededores los deportistas recibieron las primeras atenciones médicas y alimentos. Se recuperaron en el antiguo Hospital San Juan de Dios y asistieron a la misa que se celebró en su honor en la capilla del mismo establecimiento dos días después del rescate. El investigador local Pedro Marchant, coautor del libro Participación Colchagüina en el Milagro de Los Andes, explica a EFE que “el primer apoyo que recibieron los sobrevivientes fue de la comunidad sanfernandina”.
La noticia del hallazgo de Roberto Canessa y Fernando Parrado, los dos uruguayos que abandonaron el fuselaje para buscar ayuda, llegó a la comisaría del pueblo precordillerano de Puente Negro, 17 kilómetros al sur de San Fernando, a través del arriero Sergio Catalán.
El jinete se encontró con los dos hombres de casualidad, mientras seguían el curso del río Azufre en busca de presencia humana. Desde el otro lado del río, intercambió mensajes con ellos envueltos en piedras y les prometió regresar con ayuda.
“De Puente Negro la noticia llega a San Fernando y se filtra por un señor que estaba denunciando el robo de su bicicleta, se percata de lo ocurrido y le cuenta al periodista sanfernandino Archibaldo Morales, que comprobó que era cierto”, comenta Marchant.

El paso por Los Maitenes
Tras ser rescatados, Parrado y Canessa fueron trasladados al rancho Los Maitenes, donde pasaron su primera noche fuera del fuselaje del avión y se prepararon para la evacuación del resto del grupo que se había quedado en el lugar de la tragedia.
Fue también en Los Maitenes donde recibieron los primeros auxilios y dieron la primera entrevista que causó un alto impacto y expectación mundial. “Estaban totalmente deshidratados y muy delgados. Les tomé la presión y la temperatura y estaban bien, pero querían descansar porque habían pasado todo el día de ajetreo y traté de no molestar más”, cuenta a EFE José Bravo, exsuboficial de la Fuerza Aérea (Fach) y primer enfermero que los atendió.
“El mundo los esperaba”
“San Fernando, Chile, Urgente. Los uruguayos desaparecidos hace más de dos meses en Los Andes están vivos”, informó Archibaldo Morales desde radio Portales de Santiago apenas confirmó la noticia, relata Marchant en su libro.
El titular traspasó fronteras y el mundo fijó su atención en Chile y San Fernando. El rescate de los otros 14 uruguayos que habían permanecido en el lugar del siniestro fue seguido por miles de personas.
“Las calles estaban llenas de gente. Desde arriba, parecían hormigas: estaba todo San Fernando observando los helicópteros de rescate”, recuerda José Bravo. “El mundo los esperaba: se sabía que estaban vivos y se sabía que eran 16 los sobrevivientes. Fue un asombro internacional y San Fernando era el centro de esta noticia”, añade Marchant.
Desde ese día, el municipio ha conservado la memoria de este episodio, considerado una tragedia para unos, y un milagro para otros. En sus calles se pueden ver murales, esculturas y memoriales a los 16 sobrevivientes y a los rescatistas e integrantes de la Fuerza Aérea que los salvaron.
“Por unos días se olvidaron todos los problemas que teníamos en ese tiempo. Nuestra sociedad quedó muy marcada por esta verdadera epopeya”, cierra Alipio Vera.