
Lecturas con vista al mar en Colonia
20/08/2022En el año 2000 una encuesta de Cifra mostraba que en Uruguay el 52% de los adultos había leído al menos un libro durante el año anterior, mientras que hoy ese porcentaje bajó al 38%. Muchos colonienses aprovechan el verano, por lo menos el período de sus vacaciones, para intentar ponerse al día. Los preparativos comienzan a fines del invierno.
Leandro Costabel
En estos momentos en que todo se presenta a ritmo vertiginoso, donde cada vez se lee menos y se mira más, las iniciativas populares ayudan a reivindicar la lectura como forma de encontrarnos con nosotros mismos y con los demás.
En Uruguay las primeras biblio-heladeras -heladeras en desuso pintadas y repletas de libros donados, colocadas en la vía pública, playas o paseos-, surgieron en 2013 en San Gregorio de Polanco (Tacuarembó), para conmemorar 20 años de su Museo Abierto de Artes Visuales. Recibieron el nombre de Cucas Frescas.
Luego la idea se extendió a la costa atlántica y hace unos cinco o seis años llegó al departamento de Colonia. En estas “bibliotecas al paso” las personas pueden retirar el libro, leerlo y luego devolverlo para que otro usuario lo aproveche. A su vez, la iniciativa fue regulada por el Ministerio de Educación y Cultura que confeccionó una página con un mapa virtual indicando donde se encontraban las biblio-heladeras en el país. En 2018 había unas 35 distribuidas en todo el territorio nacional.
Las primeras en las costas del departamento fueron impulsadas por el colectivo LGBT Colonia Diversa e instaladas en el balneario El Ensueño, una playa de Carmelo, y en la zona de la boya en la rambla de Colonia del Sacramento. Más recientemente también surgieron iniciativas de particulares.
En la región Este se destaca la propuesta de Gabriela Mirza y Santiago Da Rosa que hace diez años se dedican a musicalizar libros. Oriundos de Montevideo y radicados actualmente en el balneario Los Pinos, comparten el arte de la música junto al de la lectura para llegar a bebes, niños y niñas de todo el país.
Con el proyecto “El sonido de los libros”, en el que se leen textos enfocados en la niñez, ambientados con el canto y la guitarra, han recorrido varios departamentos del país así como Buenos Aires y La Plata en Argentina.

Apuntando a la necesidad de vecinos del balneario, comenzaron a organizar “bebetecas”, una forma de biblioteca que en su estructura, diseño e interacción apunta a niños de hasta seis años. Al comienzo, en hogares particulares del lugar, preparados para la ocasión por los anfitriones.
Una «biblioteca atípica que llenamos de contenido y energía”
Mirza contó a La Voz de la Arena, que al año siguiente vieron la necesidad de encontrar un espacio propio que permitiera el acceso a mayor cantidad de público. “Si bien los talleres siempre fueron gratuitos y abiertos, eran en casas particulares y esto hacía que no fueran tan masivos”, explicó.
El proceso hacia el espacio propio fue pasando por diferentes etapas, desde una piecita al lado del Club los Pinos hasta la plaza de deportes de Playa Fomento. En el primer lugar estuvieron más de dos años, y en abril de 2021 fue inaugurada la biblioteca abierta de literatura infantil y juvenil “El sonido de los libros” que ofrece préstamos y lecturas en sala de libros de muy buena calidad.
Además la biblioteca funciona como un espacio cultural para desarrollar otras actividades artísticas relacionadas, como talleres, bebetecas y conciertos para la infancia.
En agosto de 2021 tuvieron que devolver el lugar pues sería destinado a otro fin y recién en febrero del presente año, fueron invitados a compartir el espacio por el grupo de vecinos que administra la plaza de deportes de Playa Fomento.
Entonces decidieron lanzar una campaña por ColectaTe, una plataforma digital de recaudación de fondos abierta a todo público, donde recibieron la ayuda de las familias que se habían acercado a la biblioteca durante estos años. Este esfuerzo compartido hizo que el pasado 1° de agosto se estrenara el nuevo espacio en una cabaña emplazada en la plaza de deportes.
Hoy en día cuentan con un lugar propio, y un catálogo interesante de libros dedicados a la infancia, algunos pertenecientes a su colección, y otros muchos donados por vecinos, autores y editoriales.
De esta manera se permiten brindar a niños y niñas el arte de la lectura, fundamental para estimular la curiosidad y el deseo por aprender. “Así abre sus puertas esta biblioteca atípica que llenamos de contenido y energía”, adelanta Mirza: “para compartir algo que nos parece valioso, dedicado con mucho cariño a quienes entendemos son prioridad y están llegando al mundo”.