“Puerto Sauce”, una marca más que bicentenaria

“Puerto Sauce”, una marca más que bicentenaria

14/06/2022 14/06/2022

El 10 de junio el Ing. Edi Juri Craviolo presentó en Juan Lacaze el resumen de una investigación histórica que demuestra “con fundamentos que, habiendo nacido el puerto en 1787 junto con el Saladero de Francisco de Medina, este año estaríamos conmemorando 235 años de Puerto Sauce”. La actividad fue organizada por el Museo “Puerto Sauce”, que cedió las fotos que ilustran esta publicación, y el Municipio de Juan Lacaze.  

La idea de Juri surgió en febrero durante una mesa redonda organizada por el Municipio y el Centro Comercial e Industrial para conversar sobre el tema “Turismo, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible en la microrregión de Juan Lacaze”.

(De izq. a derecha) Jorge Mediza del Museo «Puerto Sauce», Ing. Edi Juri Craviolo, concejal Fabián Buschiazzo, alcalde Arturo Bentancor y concejal Juan Urricariet (arriba). Vista del auditorio que acompañó la disertación de Juri (abajo).

Al plantearse la necesidad de definir una marca que represente al Municipio y destaque sus cualidades turísticas en comparación con las que tiene el resto del departamento, “se nos ocurrió proponer la denominación ‘Puerto Sauce’, por todo lo que este nombre patrimonial representa en la historia de la navegación del Río de la Plata, en la historia de la producción ganadera, agrícola, granjera, minera e  industrial y en la historia política regional, nacional y de toda la Cuenca del Plata”, explicó Juri, asesor honorario del Municipio de Juan Lacaze. A seguir el texto completo.

235 años de la marca “Puerto Sauce”

Por Edi Juri Craviolo

Los orígenes de Puerto del Sauce se remontan en forma difusa a los primeros años de la colonización europea del continente americano, con el arribo de las primeras expediciones de navegantes que se internaron en el Río de la Plata a partir del año 1502.

Las entonces nuevas tecnologías de la vela, el diseño de nuevos tipos de barcos y la búsqueda competitiva de nuevas rutas para el comercio entre Europa y Oriente, crearon las condiciones para que se iniciara hacia fines del siglo XV la aventura de la conquista de los grandes mares océanos, navegando hacia lo desconocido y descubriendo nuevas tierras y civilizaciones hasta entonces ignoradas.

El desarrollo significativo de la navegación, que por al menos cuatro siglos más fue el único modo de transporte intercontinental, fue el instrumento para que los reinos europeos que impulsaron esas tecnologías y dominaron los mares, Portugal y España primero y otros después, se convirtieran en imperios planetarios a través del colonialismo.

A partir del año 1502 comienzan a aparecer en las aguas del que luego se llamó Río de la Plata, expediciones navieras, las cuales desarrollaban su ruta a vista de la costa Norte de dicho río, la hoy costa uruguaya. Además de navegar y explorar, tenían necesidad de buscar e identificar refugios costeros naturales de buena profundidad para sus barcos, para recalar con seguridad o protegerse de tormentas. Si observamos la geografía de la costa uruguaya, podemos comprobar que en ella eran muy pocos los refugios costeros que podían brindar esas condiciones para sus barcos, solamente cuatro. Ellos son: la bahía de Maldonado, la bahía de Montevideo, la ensenada del Sauce y la ensenada de la tierra firme de San Gabriel (hoy Colonia del Sacramento). Otros posibles refugios, como desembocaduras de ríos y arroyos, estaban limitados por la baja profundidad derivada de la presencia de barras o bancos de arena de importante magnitud en su encuentro con el Río de la Plata.

Entre las expediciones más importantes que se sucedieron durante el siglo XVI en el Río de la Plata, podemos citar las de Américo Vespucio (1502), Esteban Flores (1511), Juan de Lisboa (1514), Juan Díaz de Solís (1516), Hernando de Magallanes (1520), Cristóbal Jaques (1526), Sebastián Gaboto (1527), Pero Lopes de Souza (1531), Pedro de Mendoza (1535), Alvar Núñez Cabeza de Vaca (1542), Juan Ortiz de Zárate (1573), Juan de Garay (1580). Estos expedicionarios exploraron y ocuparon territorios asentando población, con la condescendencia o a pesar de los pueblos lugareños. Al finalizar el siglo XVI se habían fundado tres importantes ciudades en la Cuenca del Plata: Asunción (1537), Santa Fe (1573) y Buenos Aires (1535 y 1580).

Salvo la primera expedición que llegó sólo hasta la bahía de Montevideo, todas las demás  pasaron navegando frente a las costas de nuestra hoy ciudad de Juan Lacaze,  a la vista de los pobladores originarios que seguramente les observaban con asombro y desconfianza desde el cerro de piedra de la Punta del Sauce que entonces existía donde hoy está ubicada la planta de la ex Fanapel,  o desde los arenales de las hoy playas de la Estación y Charrúa, o desde la Playa Verde cuando los barcos se  refugiaban en la Ensenada del Sauce para protegerse de las Sudestadas o fuertes vientos del Sur.

Al iniciarse el siglo XVII, en el año 1602, el Virrey del Perú nombra Gobernador del Río de la Plata a Hernando Arias de Saavedra (“Hernandarias”). Éste que conocía muy bien las bondades de las praderas de la región platense y quería poblar la Banda de los Charrúas, como entonces se le llamaba a la Banda Oriental, decide en 1611 introducir en ésta el ganado vacuno, y lo hace primero en la Isla del Vizcaíno situada en la desembocadura del Río Negro en el Río Uruguay, y luego también en la tierra firme de la Isla de San Gabriel (hoy Colonia del Sacramento). En pocos años se produce un crecimiento vertiginoso de la población de ganado vacuno y aparece también el caballo, dos elementos que producen un cambio sustancial en el sistema alimenticio de los indígenas, con la carne vacuna, y en la movilidad de los mismos, con la adopción del caballo.

Esta región, donde no había ni oro ni plata que era lo que les interesaba a los conquistadores y generaba sus asentamientos, comienza sin embargo a ser atractiva por la impresionante expansión y abundancia del ganado vacuno que se produce por las bondades de sus praderas naturales, principalmente para la explotación de los cueros que eran requeridos entre otras causas por el progresivo avance de la naciente Revolución Industrial. Empiezan a aparecer en nuestras costas del Río de la Plata embarcaciones con aventureros, corsarios, piratas, contrabandistas, de diversas nacionalidades.

En este escenario, los refugios costeros naturales como la Ensenada del Sauce y otros, eran lugares frecuentados para fondear e ingresar al territorio a faenar y cargar cueros en sus barcos, o para esperar otras embarcaciones que salieran con valiosas cargas de las ciudades hispanas del Plata para robarlas y hacerse con el botín, o para introducir mercaderías de contrabando en ellas.

En este ambiente bárbaro se van concentrando innumerables changadores o peones de vaquerías, a veces blancos, a veces negros, hombres sueltos de la campaña, todos desclasados típicos que vienen desde los lugares más remotos a vivir “sin Dios, sin Rey y sin Ley”, changando o vagando y conviviendo con los indígenas. Son ellos quienes fecundan los vientres de las indígenas aquerenciadas en estas zonas de movimiento intenso, dando origen así, al gaucho oriental, bandido de los campos al comienzo y soldado de la patria cuando la hora de la independencia llegue. Los pueblos originarios van siendo desplazados o integrados, el mestizaje hace el resto.

Pero en el año 1680, mediante una audaz y sorpresiva acción, los portugueses envían desde Río de Janeiro una expedición de conquista al Río de la Plata al mando de Manuel de Lobo, que se establece y funda la Nova Colonia do Sacramento en la punta de la tierra firme de la isla de San Gabriel. La Colonia del Sacramento será desde entonces y durante casi 100 años, escenario de múltiples luchas y tratados entre los reinos de España y Portugal que se la disputan, hasta que en el año 1777 por el Tratado de San Ildefonso, ésta queda definitivamente bajo dominio del reino de España. Durante este período de disputas y guerras, fueron fortificados varios puntos estratégicos sobre la costa alrededor de la Colonia para controlar militarmente la navegación del Río de la Plata, instalándose Guardias y Destacamentos. La primera fue la Guardia del San Juan (1683), pero las hubo también en San Pedro, Riachuelo, Punta Artilleros (1736), el Sauce, etc.

El nombre Punta de Artilleros, límite Oeste de la Ensenada del Sauce, aparece mencionado como Ponta dos Artilheyros en un mapa portugués de 1748.

El nombre Sauce del arroyo homónimo que desemboca en la Ensenada del Sauce y le da su nombre, aparece relevado y mencionado también a partir del año 1700 en varios mapas de diverso origen, españoles, portugueses, franceses, etc., de 1743, de 1769, de 1794, entre otros. En el de 1794, elaborado por la Real Armada Española, no sólo aparece el relevamiento y nombre Arroyo del Sauce sino también la denominación Ensenada del Sauce  

Es claro que el hecho de que estos nombres aparezcan mencionados en mapas antiguos de la época colonial, es porque eran sitios de interés o referencia para los navegantes. Esto testimonia la condición de refugio natural costero que para los navegantes tenía ya la Ensenada del Sauce desde tiempos muy remotos. De ahí la sucesión de nombres como Surgidero del Sauce o Heredad del Sauce con que se le denominaba a la Ensenada del Sauce durante el poblamiento de la Región del Sauce que comienza a concretarse a partir de la primera mitad del siglo XVIII, con el establecimiento de las primeras estancias en los hoy departamentos de Colonia y Soriano.

Según Ángel Ponte en su “Historia de la Ciudad de Lacaze y su Jurisdicción”, la estancia más antigua en esta región del Sauce fue la que perteneció a Cristóbal de Melo, establecida en el año 1742; se sabe que lindaba con el arroyo Melo, cañada tributaria del arroyo Sauce, la que tomó el nombre del propietario de los campos. Luego, en el año 1749, Alejandro de los Reyes puebla su estancia en los rincones de Artilleros y el Sauce con costa en el Río de la Plata. En 1752 se les concede a los Bethlemitas, orden religiosa de origen guatemalteco establecida con hospital en Buenos Aires, el uso con destino a estancia de los campos situados entre el Río de la Plata, los arroyos Sauce y Rosario y por el fondo el Corral del Rey. En 1754 Juan José González de Melo forma su estancia en la costa del Sauce.

En 1782 los Bethlemitas vendieron sus derechos sobre la titulada Estancia de la Virgen a Francisco de Medina, poderoso hombre de negocios y primer saladerista del Río de la Plata, quien en 1787 pone en funcionamiento en la Región del Sauce el primer Saladero industrial de carnes de la región rioplatense y de América.

La figura de Francisco de Medina es fundamental para entender por qué la Ensenada del Sauce pasa de ser sólo un refugio natural costero para los navegantes del Río de la Plata (Surgidero del Sauce, Heredad del Sauce), a ser un puerto con actividades estables de ingreso y salida de insumos y productos industriales de su región de influencia (Puerto del Sauce).

Francisco de Medina, un súbdito español propietario de una flota de barcos y considerado en aquellos tiempos como el más grande acaudalado del Virreinato del Plata, obtiene en la segunda mitad del siglo XVIII patente del Virrey Vértiz para colonizar las costas patagónicas apoyado en la pesca de la ballena y otros cetáceos, para lo cual trajo personal especializado compuesto por arponeros, charqueadores y saladores de los mares del norte, principalmente noruegos. El negocio no prosperó como esperaba y tiempo después decide cambiar de rubro utilizando el mismo personal que había traído de los mares del norte, imaginando aplicar sus técnicas de saladores de pescado y convirtiéndolos en saladores de carne vacuna, la cual se perdía en los campos porque el ganado sólo se faenaba por el escaso valor del cuero.

Hechos los primeros ensayos, probada la carne tasajo en la escuadra española y con precio abierto ya en las Antillas, de Medina establece el primer Saladero del Río de la Plata en costas de la Región del Sauce en la Banda Oriental.

En el libro “Historias Argentinas” de Martín López Olaciregui (Editorial Biblos, 1ra. Edición 1999, pág. 49) se dice: “El primer Saladero del Río de la Plata fue instalado por Francisco de Medina en la Banda Oriental en 1737”. Por otro lado, Alfredo Montoya en su libro “Historia de los Saladeros Argentinos” dice lo mismo, pero lo sitúa en el año 1787, y otros autores coinciden con esta última fecha, la cual se condice con la fecha en que de Medina adquiere su estancia en el año 1782.  Seguramente la versión de 1737 sea un error de imprenta en el primer libro.

Según Omar Moreira en su publicación “Crónicas del Rosario – 4”, el Saladero de Medina “usaba la boca del Arroyo Sauce para desembarcar la sal que se traía en barcos desde la Patagonia y para el embarque del tasajo producido en el Saladero, con el cual se abastecía a la Armada Española y se exportaba principalmente a Cuba y Estados Unidos….La infraestructura montada por Francisco de Medina, para la época, fue muy importante: un puerto sobre la desembocadura del Arroyo Sauce, varios puestos de estancia, el casco de ésta donde vivió y murió, una calera, ranchos, horno de ladrillo y el saladero propiamente dicho cuyo sector principal comprendía cinco galpones y abundante personal, alrededor de 200 personas ocupadas en la fábrica.”

J. Barcón Olesa en su célebre “Monografía completa de la Región del Colla”, editada en Rosario en el año 1902, dice: “…tenemos motivos fundados para creer que el saladero establecido por Medina no lo fue en las márgenes del Colla, tal como hoy (1902) se entiende, sino en la confluencia del Sauce con el Río de la Plata, que es donde hoy se observan todavía las ruinas de un antiguo saladero”.

Por su parte Ángel Ponte en su libro “Historia de la Ciudad de Lacaze y su jurisdicción” editado en 1977, citando al Prof. Julio Aguirre dice: “…el Sr. Francisco de Medina establece dos estancias con 40.000 vacunos y en ellas el primer saladero de carnes en el Río de la Plata, en el Colla, Departamento de Colonia, en la desembocadura del Arroyo del Sauce en el Río de la Plata, donde hace poco se veían aún sus ruinas, en el Puerto del Sauce o Juan Lacaze”.

Junto con el Saladero nace simultáneamente el Puerto del Sauce como puerto. Antes sólo era una ensenada para refugio temporario de embarcaciones. Ahora pasa a ser una ensenada con operaciones de puerto: se descarga sal proveniente de la Patagonia, se cargan cueros, velas, tasajo, para exportación, hay operaciones portuarias continuamente, se afinca población;  se dice que en el Saladero, donde se faenaban alrededor de mil reses diarias, trabajaban unas doscientas personas que, por lo tanto, construyeron sus ranchos para habitar en sus cercanías. De Medina, además del Saladero en costas del Sauce, construyó también un depósito y una capilla en la Punta del Sauce. Los primeros pobladores del lugar trabajaban en la industria saladeril o en los campos arriando ganado o en las operaciones navieras de embarque y desembarque en la ensenada.

Como vemos, hay motivos más que suficientes para afirmar que con la puesta en funcionamiento del Saladero de Francisco de Medina, en el año 1787 nace y se consolida el PUERTO DEL SAUCE, que con el tiempo también se le va a llamar simplemente PUERTO SAUCE. En Puerto Sauce nace en 1787 la industria en la Banda Oriental y en el Virreinato del Río de la Plata.

Cuando se dice que el Uruguay nació del tasajo,  podemos decir que aquí en Puerto Sauce, en 1787, con el ejercicio casi soberano de actividades de producción industrial con agregado de valor a la simple explotación extractiva que caracterizaba a la época colonial española, y con la presencia de un puerto exportador de su producción,  comienza a vislumbrarse el primer esbozo  del concepto  de Nación Oriental, concepto que se va afianzando y se consolida pocos años después con la “Admirable Alarma” que en  1811 inicia el proceso Artiguista en la Provincia Oriental y en las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Sobre la base de estas hipótesis podemos afirmar con fundamentos que habiendo nacido el puerto en el año 1787 junto con el Saladero de Francisco de Medina, en este año de 2022 que transcurre estaríamos conmemorando los 235 años de Puerto Sauce.

El temprano fallecimiento de Francisco de Medina, en 1788, paraliza temporariamente las actividades del Saladero, quedando éste abandonado y embargados sus bienes, incluida su flota, por el Virrey de Buenos Aires. Éste nombra como testamentario a Tomás Romero quién trae de Buenos Aires como administrador de la estancia a Manuel de Lavardén, prestigioso abogado y escritor porteño, quien se hace cargo del Saladero del Arroyo Sauce a partir de junio de 1792, reconstruyendo la planta y demás instalaciones y poniéndolo de nuevo en funcionamiento con mucho éxito, hasta que en 1798 el saladero se incendia y queda totalmente destruido.  La dupla Romero – Lavardén desarrolló fuertemente la ganadería, destacándose como pioneros de la introducción del ganado lanar “merino español” en el territorio oriental en el año 1794, lo que constituyó un hito histórico para la región; fueron 10 carneros y 20 ovejas de esa raza embarcados en el puerto de Cádiz en la fragata “Santa Ana” y que fueron ingresados a territorio oriental por el Puerto del Sauce en forma clandestina, sin conocimiento ni consentimiento de la corona española.

Muy pocos años después de 1787, el nombre Puerto Sauce aparece mencionado como tal en documentos y libros de la época. Así por ejemplo, en las actas de distribución de tierras de la ex estancia de Francisco de Medina que a fines de 1810 ordena el gobernador de Montevideo, Gaspar de Vigodet con la finalidad de consolidar la Villa de Rosario del Colla, se dice entre otras cosas: “… Se procedió a la medición y amojonamiento de las chacras, se señaló el distrito destinado al servicio del Puerto del Sauce, prohibiendo que persona alguna pudiera en adelante por ningún motivo cortar árbol ni rama en el monte que tiene a la entrada, porque de ejecutarlo sería privar a las embarcaciones del abrigo de que necesitan …” . También aparece mencionado en el relato que en 1815 hace Dámaso Antonio Larrañaga en su célebre  “Diario de Viaje de Montevideo a Paysandú”, en el que describe el ambiente, el paisaje y el estado de la campaña oriental, paso a paso, mientras viajaba desde Montevideo hasta el campamento de Purificación en Paysandú para encontrarse con José Artigas, y en el que a su regreso describe, el día 22 de junio de 1815, el trayecto comprendido entre la Colonia y el Colla, donde al cruzar el arroyo Sauce, dice: “… Hay hacia la barra de este arroyo que entra en el Plata, un puerto bastante cómodo y en el que alguna vez entraron las fragatas de Medina para cargar por su muelle provisional …”, y al arribar al Colla, luego de describir la extrema pobreza en que se encontraban en este poblado su gente y sus chacras, continúa diciendo: “… El pueblo debía estar fundado sobre el Puerto del Sauce, en cuyo rincón hay abundancia de leña de espinillo de que se utilizarían los vecinos y lo limpiarían en parte, estando en el día unas tierras excelentes abandonadas. …” .

Desde fines del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX y principios del siglo XX, son muchas las cosas importantes que se suceden en Puerto del Sauce:  

(1787) Instalación del Saladero de Francisco de Medina en el Sauce y nacimiento de Puerto del Sauce.

(1794) Introducción por Puerto del Sauce de la raza ovina lanar Merino Español en la Banda Oriental.

(1806) Durante las Invasiones Inglesas y la ocupación de Buenos Aires, Manuel de Lavardén, desde su estancia en el Sauce, promueve la concentración de voluntarios y tropas en Colonia que al mando de Liniers cruzan el Río de la Plata para la Reconquista de Buenos Aires.

(1811) Desembarco en Puerto del Sauce en junio de 1811 del ejército auxiliador que envía la Junta de Buenos Aires al mando del Gral. José Rondeau para unirse con el ejército oriental que al mando de José Artigas había iniciado el Primer Sitio de Montevideo después de triunfar sobre los españoles en la Batalla de Las Piedras. En el mes de noviembre, ante amenazas de invasión portuguesa para apoyar a los españoles de Montevideo, el ejército porteño de Rondeau se retira del Sitio y regresa a Puerto del Sauce para reembarcar de regreso a Buenos Aires. Los Orientales, abandonados a su suerte y bajo el liderazgo de José Artigas, inician la epopeya del Éxodo del Pueblo Oriental hacia el Ayuí.

(1825) Durante la revolución libertadora, el 22 de agosto de 1825, tropas orientales de las fuerzas de Lavalleja, que sitiaban Colonia del Sacramento, se cañonean con navíos brasileños frente a Punta Artilleros, tres días antes de la Declaratoria de la Independencia de la Provincia Oriental en la Florida.

(1828) Con la Convención Preliminar de Paz de 1828 acordada entre los gobiernos de Argentina y del Imperio del Brasil con la coordinación del Imperio Británico, lo que era la Provincia Oriental se convierte en un nuevo estado independiente, la República Oriental del Uruguay, la cual se consolida con la Jura de la Constitución en Montevideo el 18 de julio de 1830.

(1840) Se instalan en la región del Sauce nuevos Saladeros de carnes. Uno fue el Saladero de Antonio Blanco, sobre la margen derecha de la Cañada Blanco que justamente lleva su nombre. Otro fue el Saladero de Larravide, en las cercanías. Estos se abastecían y embarcaban sus cargas por el Puerto del Sauce.

(1858) A partir de este año comienza a producirse en la región del Rosario y en la región del Sauce un cambio trascendental con la aparición de las colonias de inmigrantes europeos que llegan a aportar nuevas costumbres y nuevas culturas productivas agrícolas, granjeras y   frutícolas, que diversifican la producción ganadera extensiva tradicional vigente y provocan una ocupación y poblamiento más intensivo del territorio. Nacen así la Colonia Valdense (1858), la Colonia Suiza (1861) y la Colonia Española (1869), todas en la región de Rincón del Rey, entre los arroyos Rosario y Cufré, y la Colonia Cosmopolita (1877) que es una extensión de la colonia valdense en la región del Sauce, entre los arroyos Sauce y Rosario. Aparecen nuevos centros poblados; los valdenses fundan La Paz C. P. (1858); los suizos fundan Nueva Helvecia (1863). Se desarrollan nuevos puertos en el Río Rosario que forman una red regional de puertos junto con el Puerto del Sauce que es el principal en profundidad y accesibilidad marítima. Con el nuevo desarrollo productivo y el aumento de la población en la región, aumenta también el comercio, principalmente en la Villa de Rosario del Colla que hacia fines del siglo XIX era la principal población del Departamento de Colonia, y el Puerto del Sauce el principal puerto.

(1884) En este año, Juan Luis Lacaze, nacido en Salto, hijo de inmigrantes franceses, compra a los sucesores de Blanco, por cuenta de la firma argentina Lavalle, Médici y Cía., las tierras adyacentes a la bahía del Sauce que comprendían la Punta del Sauce y los enormes arenales que la rodeaban. Dicha firma estaba construyendo el Puerto de La Plata y el Puerto Madero de Buenos Aires y tenía la intención de abastecerse de arena y piedra de canteras ubicadas cerca de la bahía del Sauce.  Juan Luis Lacaze se asocia con el Ing. Juan B. Médici para explotar las canteras de piedra granítica de Minuano, cercanas al Sauce, y construyen una línea férrea de trocha angosta desde Minuano hasta la Punta del Sauce, y en ésta un muelle de madera para exportar la piedra hacia Argentina. Estos empresarios estaban también vinculados a la concesión para construir el llamado Ferrocarril del Oeste, desde Mal Abrigo hasta Puerto Sauce, pasando por Nueva Helvecia y Rosario, obra que se termina y entra en servicio en 1899 y posteriormente la venden a la compañía inglesa del Ferrocarril Central del Uruguay. En 1896 se autoriza a Médici – Lacaze ampliar el puerto con dos muelles más y escollera, obra que realizan, y prolongar la línea férrea de trocha angosta hasta Porongos (hoy Trinidad) que no llegaron a culminar, con lo cual pensaban captar para el Puerto del Sauce gran parte de la producción del Suroeste del Uruguay. El Puerto del Sauce era en el año 1900 el principal puerto de ultramar exportador de cereales del país, de donde salían barcos con cargas para Brasil, Sudáfrica y Europa.  Alrededor del puerto y de la Estación Puerto Sauce del ferrocarril, crecía considerablemente el asentamiento de población y se instalaban comercios y servicios.

(1897) En este año se produce en la República Oriental del Uruguay otra de las tantas revoluciones que caracterizaron la sangrienta vida política del primer siglo de la naciente república. Comandada por el caudillo Aparicio Saravia del Partido Nacional, éste programa una invasión de sus fuerzas a través de las fronteras con Argentina y Brasil, organizando para ello tres columnas, una que entraría por Aceguá comandada por el propio Saravia, otra que entraría por Puerto Sauce comandada por Diego Lamas y una tercera que entraría por el Litoral del Uruguay a la altura de Paysandú. De esta manera en 1897, Puerto del Sauce es el escenario del llamado “Desembarco de los 22 de Lamas” y el inicio de la Revolución del 97 en el Suroeste del país, contra el gobierno del Partido Colorado.

La fábrica papelera (arriba) y la textil (abajo), comenzaron a producir en Juan Lacaze en 1898 y en 1906 respectivamente.

(1898) Hacia fines del siglo XIX, la gran infraestructura montada en Puerto Sauce en materia portuaria y de transporte marítimo, fluvial y ferroviario, además de la disponibilidad ilimitada de agua del Río de la Plata, impulsan y dan lugar al desarrollo de nuevas iniciativas de inversión, inversiones industriales. En 1898 se instala junto al puerto y la estación del ferrocarril, la Fábrica Nacional de Papel S.A. (FANAPEL), la que por más de 110 años sería la mayor industria papelera del Uruguay. Paralelamente, en 1906, inicia su producción en Puerto Sauce la fábrica textil “La Industrial” de Salvo y Campomar para producir hilados de lana peinada para la elaboración de tejidos finos como los casimires. Esta fábrica era entonces la mayor fábrica textil del continente sudamericano y por muchos años la mayor planta industrial del país. La población de Puerto del Sauce crece vertiginosamente y se integra a ella una nueva corriente de inmigrantes europeos con especialidades textiles, provenientes principalmente del Norte de Italia (Piamonte, Lombardía y Véneto) y del Norte de España (Cataluña).

(1909) En el año 1908 fallece en Francia el Sr. Juan Luis Lacaze, y en homenaje a quien además de haber sido un importante empresario local fue también diputado nacional, por Decreto del Poder Legislativo reunido en Asamblea General en Montevideo el 15 de marzo de 1909 se resuelve: “Art. 1º – Con la designación de Juan L. Lacaze declárase oficialmente Pueblo la agrupación de casas situadas en el Puerto del Sauce, departamento de Colonia. Art. 2º – El Poder Ejecutivo dictará las resoluciones necesarias para la instalación de autoridades y servicios públicos de aquella localidad. Art.3º – Comuníquese, etc.”.  Al promulgarse esta ley en 1909, ya hacían por lo menos 122 años que existía allí un agrupamiento de casas dispersas conocido por el nombre de Puerto del Sauce o Puerto Sauce (desde la instalación del Saladero de Francisco de Medina en 1787), y este poblado ya hacía casi 25 años que contaba con un puerto con una escollera de 700 metros de longitud y tres muelles de madera que eran terminales de dos líneas de ferrocarriles, y también contaba con la mayor fábrica de papel del país desde hacía 10 años, y con la mayor fábrica textil de Sudamérica desde hacía 3 años, y con numerosa población estable urbana y en su zona rural aledaña. Con la ley de 1909 no se funda un pueblo sino que se declara oficialmente pueblo y se le asigna un nombre a un poblado que ya existía desde mucho antes; que había nacido de las circunstancias históricas del funcionamiento de un puerto natural, Puerto del Sauce, su razón de ser. En 1920 el pueblo pasa a ser Villa y en 1953 se lo declara Ciudad.

(1986) En este año, la Dirección Nacional de Hidrografía del Ministerio de Transporte y Obras Públicas inicia la construcción del nuevo Atracadero de Yates del Puerto del Sauce, adyacente a los muelles del antiguo puerto comercial. La obra incluyó la construcción de una dársena, un muelle para atracadero de yates, la recuperación mediante relleno de una amplia zona inundable costera, el desarrollo en tierra de áreas de servicios náuticos con rampa y travelift, y un parque, con una cuidada integración paisajística entre el puerto y la ciudad. El nuevo atracadero de yates es habilitado al uso el 7 de octubre de 1989 y se convierte en pocos años en el principal atractivo turístico de la ciudad.