Moscas en la sopa frenteamplista de Colonia

Moscas en la sopa frenteamplista de Colonia

10/06/2022 10/06/2022

La situación personal de la edila Ana María Díaz, que se declaró “independiente” tras cumplir seis meses de prisión preventiva por acuchillar a una joven en Carmelo, sumada a la del edil Hébert Márquez, que enfrenta una denuncia por violencia de género presentada por la secretaria de la Junta Departamental, redujo los votos de la bancada del Frente Amplio (FA) de 12 a 11 y a veces a diez. A su vez, estos se dividen con frecuencia en dos “bloques”, cuyas razones pretendemos averiguar en esta nota. En los últimos días tanto el presidente del FA, Fernando Pereira, como el secretario del Interior, Aníbal Pereira, intentaron acercar las posiciones.

Luis Udaquiola

Durante el período de gobierno anterior, la bancada departamental del FA se enfrentó a la interna por el boleto estudiantil gratuito y el impuesto al alumbrado público. Es común que aparezcan diferencias en cualquier agrupación política, y más aún en el FA por su condición histórica de coalición de partidos.

No obstante, un incidente entre los ediles Hébert Márquez y Facundo Machín a fines de 2017 durante una mesa política departamental, encendió una luz amarilla. “Que Facundo Machín es Lassie y el Chino Márquez un grandulón que debió controlarse y usar su experiencia para calmar las aguas, sí, puede ser, pero la política, más aún que el fútbol, no es una cuestión de señoritas de colegio inglés que filosofan sobre la vida”, opinó en su blog el periodista carmelitano Gabriel Monteagudo.      

En abril de 2018, Márquez asumió como capitán del puerto de Nueva Palmira, indicado por el ministro Víctor Rossi y designado por el presidente Tabaré Vázquez. “Yo me enojo, pero mi arte es el diálogo y valoro todas las ideas”, anunció ante una nutrida asamblea en el Club de Leones.

En 2019 el FA perdió el gobierno nacional a manos de la coalición multicolor, y a fines de 2020, tras una postergación debido a la pandemia, se realizaron las elecciones departamentales y municipales.

En febrero de 2021 una delegación del FA integrada por ediles y el diputado Nicolás Viera se reunió con el Intendente Carlos Moreira para analizar los efectos sobre todo sociales de la pandemia. En marzo en una entrevista con La Diaria, Viera defendió “tender puentes de diálogo” hacia los restantes partidos políticos inclusive el gobernante Partido Nacional.

“Una postura aperturista no pasa por resignar las banderas propias, sino por tener una mayor apertura a otras ideas”, explicó. “Y esta idea está en la génesis del FA. Si uno observa la evolución del discurso de Líber Seregni, puede ver que comienza muy radical y termina dándose cuenta, porque la realidad así lo signó, de que debía conducir a la fuerza política hacia un lugar que involucrara y acercara a mucha más gente. Creo que hoy estamos viviendo un momento histórico de similares características, en que debemos encaminar una especie de refundación”, concluyó.

Las carmelitas descalzas

El 28 de abril del año pasado Márquez volvió a perder los estribos, esta vez durante una sesión de la Junta en el teatro Bastión del Carmen, cuando la secretaria Claudia Maciel leía el orden del día. “Había un solo micrófono para todos los ediles, otro para el presidente, y otro para la secretaria”, explicó. “Se les ha dado por cortar el micrófono a los ediles, nos dejan hablando en el aire, entonces lo que hice fue ir a buscar el micrófono que estaba arriba de la mesa, que no estaba en las manos de nadie”, argumentó.

Su actitud fue cuestionada por ediles blancos y colorados, e incluso por varias edilas frenteamplistas, titulares y suplentes, que publicaron un comunicado respaldado por “titulares y suplentes varones”. Allí señalaron que la violencia de género “se manifiesta de forma transversal en todos los ámbitos”, y que “en los partidos políticos se manifiesta en acciones, conductas u omisiones que tengan por objeto o resultado menoscabar el ejercicio o goce de los derechos políticos de las mujeres. En la interna, extra partidariamente, en lo privado o lo público”.

Probablemente la inmediata respuesta de las edilas del FA alentó la denuncia por “violencia de género” que presentó Claudia Maciel, además de funcionaria de la Junta, dirigente del Partido Nacional y suplente del intendente Carlos Moreira en el período 2015-2020. 

“Comparto plenamente la opinión expresada en esta declaración”, publicó en Facebook el diputado Nicolás Viera. “Nada justifica un acto de violencia. Los violentos y sus formas de actuar deben ser erradicados de la política y merecen toda la condena social posible, provengan de donde provengan”.

“También hay mujeres que ejercen violencia, y también contra sus pares, como la involucrada en este caso”, comentó más abajo el dirigente Marcelo Dalmás en alusión a la cerrada defensa de Maciel a Moreira cuando la denuncia por los audios que se viralizaron. “No vi ninguna declaración del FA al respecto. Somos especialistas en ‘matar’ y ‘ensuciar’ compañeros, con discursos y declaraciones para la tribuna, y somos las carmelitas descalzas con nuestros enemigos. Nos dejamos marcar la agenda continuamente”.

En mayo del año pasado el juez Luis Fourment dispuso que Márquez debía permanecer a una distancia mayor de 200 metros de la secretaria por un plazo de 180 días, medida cautelar que prorrogó en octubre porque Márquez no cumplió con una “rehabilitación para agresores”, informó la abogada de Maciel.

¿Viejos contra jóvenes?

De los siete ediles frenteamplistas que consultamos para este informe dos se excusaron: María Cristina Acevedo y Facundo Machín. Los cinco que respondieron lo hicieron a un cuestionario común. La primera pregunta es: “¿A qué conflictos atribuye las actuales diferencias? ¿veteranos versus jóvenes? ¿Experiencia versus inexperiencia? ¿Otra forma de hacer política? ¿Todas juntas? ¿Otra que quiera mencionar?”

“Entre quienes ya tenemos unos cuantos años y quienes están haciendo sus primeras experiencias hay visiones distintas porque el mundo cambia, pero a veces esas diferencias no son tan grandes”, evaluó el edil Pedro Leizagoyen que vive en Juan Lacaze y esta semana completó 68 años. “Creo que si hay una charla profunda entre todos, van a ser más las coincidencias que las diferencias, que por otra parte siempre existieron en el FA, aunque teníamos un objetivo común que hemos cumplido a rajatabla”.

Sesión de la Junta Departamental de Colonia del 29 de setiembre de 2019 cuando los ediles del Partido Nacional volvieron a evitar que haya cuórum para un posible juicio político a Carlos Moreira. Foto: Sergio Tarter (Brecha).

Este es su segundo período en la Junta: entre 2005 y 2010 representó al Partido Comunista, y actualmente a la agrupación departamental Nibia Sabalsagaray que reúne a las listas 949 y 1949 -por el año de nacimiento de Nibia-, 959, 5005 y 711, y en setiembre recibió 2.400 votos.

Leizagoyen reconoce “que hoy hay otra forma de hacer política, y lo digo sinceramente: no sé si es bueno o malo, porque todavía estamos en etapa de ver cómo acompasamos estos tiempos modernos”, pero adelanta: “soy de los que pienso que a pesar de algunas diferencias el camino tiene que ser juntos”.

Para el edil Emmanuel Martínez, también de Juan Lacaze, el FA “está siendo atravesado por una brecha generacional muy fuerte: hay una tensión permanente entre los militantes de todas las horas y los nuevos militantes, y la forma en que se milita”, explicó.

Martínez tiene 32 años, es periodista deportivo e instructor de manejo, y le faltan tres materias para recibirse de abogado. Este es su primer periodo en la Junta para el que fue electo con 2.300 votos encabezando las listas 8808 y 80808 del PDC. “Hay un choque casi permanente entre lo que siempre se hizo así y lo que debemos cambiar para adaptarnos a los tiempos que corren”, dice. “Eso se traslada a la discusión y tratamiento de cualquier tema”.

En definitiva, “hay una discusión no saldada de cómo se debe ser oposición: si solo criticando al gobierno actual o mostrándonos como una fuerza que puede gobernar. La discusión final se centra en definir si acompañar alguna iniciativa del gobierno tratando de mejorarla transforma al frente en servil a Moreira o si, por el contrario, demuestra que estamos preparados para gobernar y para hacerlo mejor”.

El edil carmelitano Juan Pablo Roselli prefiere hablar de “miradas” y no de “conflictos”, porque “las diferencias entre hombres libres son absolutamente naturales”. Tiene 57 años, trabaja como consultor, y este es su tercer período en la Junta Departamental al que accedió por la lista 982 con 1707 votos.  

Ni pelado, ni con dos pelucas

A su juicio, “la veteranía en sí misma no da nada si no hay una elaboración de las vivencias acumuladas, lo que podría llamarse experiencia”. A su vez, “la madurez que da la experiencia permite aceptar algunas cargas que conlleva la actividad política, entre ellas, asumir que no todas las decisiones y actitudes son fácilmente explicables y que no siempre hemos de ‘quedar bien’, y que muchas veces lo mejor es expresar las diferencias dejando nuestra visión diferente de las circunstancias y nuestra cosmovisión, que en buena medida integra otros elementos que nuestros adversarios políticos no”.

Para el edil neohelvético José Manuel Arenas, “no existen grandes divergencias de fondo o sustanciales, sino de formas o de métodos para alcanzar el objetivo. A veces tiene que ver con lo generacional, con nuestros contextos, orígenes o vinculaciones, pero nada de esto puede verse en sintonía de buenos y malos”. Arenas tiene 30 años, es abogado y ya actuó como edil suplente entre 2015 y 2020 en representación de la lista 90. Accedió a su actual banca con 4054 votos.

Cree que “cada uno tiene en sus manos una cuota de razón. Yo aporto la mía, que por mi carácter, trabajo y apuesta permanente al diálogo con los que piensan diferente, tiene tendencia a ser equilibrada. Nada es blanco o negro. Ni pelado, ni con dos pelucas. Y ser equilibrado, para muchos es una virtud y para otros es un desastre. Soy muy consciente de eso e intento también entender las razones”.

Para el edil de Nueva Palmira, Hébert Márquez, “en política todos los conflictos son políticos: los que quieren distorsionar el tema dirán que son personales, pero en realidad son políticos, en este caso relacionados con el gobierno departamental porque es el lugar de enfrentamiento con el modelo moreirista que es el mismo del gobierno nacional”.

Márquez tiene 67 años, y ha sido productor rural y gestor en recreación artística cultural durante casi 35. Fue electo cuatro veces para integrar la Junta, dos como suplente y dos como titular, y también como concejal municipal en el período 2010-2015. En la pasada elección su lista 8001 (Federación Frenteamplista) asociada al Nuevo Espacio obtuvo 1.079 votos.  

Según Márquez, esta “suma de poder transformó los recursos provenientes del presupuesto nacional en una máquina clientelar para su provecho, utilizando todo a su paso, incluso el alcalde de Florencio Sánchez y toda la corrupción para ganarnos el gobierno nacional. En ese cuadro el FA tuvo que votar dividido porque una parte votaba con él”, dijo.

Cree que “ya en 2014 el FA ganó ajustado: en esa época hubo muchos yerros en el departamento, liderados por un circulo de seis o siete compañeros de responsabilidad, que marcaron mucho las acciones de ahí en adelante”.

Cómo afecta la imagen pública y la chance de ganar

Los cinco ediles fueron consultados también sobre si las diferencias públicas afectan las posibilidades del FA de acceder al gobierno departamental. Leizagoyen piensa que no. “Todo lo contrario: de la sana discusión, incluso las que son fuertes, salen las cosas importantes, el camino para avanzar. Mal haríamos si nos callamos las diferencias”.

Inclusive, “si el objetivo es uno, podemos aceptar que se vaya por distintos caminos. No creo que tenga que haber una sola forma de hacer política, estoy convencido de que puede haber varias, siempre y cuando mantengamos la ética, la moral, los principios y respetemos un programa”.

En febrero de 2021 una delegación del FA integrada por ediles y el diputado Nicolás Viera se reunió con el Intendente para analizar los efectos sobre todo sociales de la pandemia.

Martínez no comparte. “Muchas veces en los medios las diferencias internas ganan más espacio que nuestras diferencias con el gobierno departamental”, reclamó. “El FA jamás será uniforme, pero la unidad de acción jamás estuvo ni debe estar sujeta a cuestionamiento, porque en gran medida esa es nuestra razón de ser: Congeniar distintas visiones en pos de un objetivo común y saldar las diferencias mediante la unidad de acción”.

Roselli es partidario de “mantener lo íntimo de personas e instituciones de la sociedad civil en la esfera privada, y compartir sin reservas lo que tenga que ver con la gestión de lo público, que sí es de interés de todo el conjunto. La madurez también ayuda a distinguir las cosas”.

A su juicio, “el acceso al gobierno departamental depende de un conjunto de factores entre los que se encuentra el vínculo de comunicación entre los actores políticos de la fuerza política y del propio Frente Amplio con el pueblo del departamento”. También “son aspectos relevantes la inserción en la sociedad, los liderazgos y la participación, los recursos, la claridad en las ideas, la confianza, y una muy buena organización sin la cual todo es más difícil”.

Para Arenas, “no es que las diferencias públicas sean buenas, son inevitables. El error sería ocultarlas. Lo mejor es que no existieran, pero, en qué organización del mundo o familia de la humanidad ¿no hay diferencias? ¿acaso alguien entiende que esconderlas es lo mejor? Lo que nos puede hacer daño, a nosotros y a cualquier colectivo, es el insulto, el agravio, la ofensa por el solo hecho de pensar que el mejor camino es otro al que uno transita. Eso es inadmisible, y hasta ahí llega mi límite”.

En la medida que las diferencias “no sobrepasen ese límite, para nada afectan las posibilidades de acceder al gobierno, algo para lo que estamos trabajando intensamente. Negar diferencias nos haría poco creíbles frente a una sociedad que las vive administrando”.

En la cabeza de Márquez “no sólo es el gobierno departamental sino lo nacional; debemos hacer un aporte más importante en las elecciones nacionales, pero también en el transcurso del próximo gobierno, gestionando mejor las políticas públicas en el departamento. Lo digo con conocimiento de causa: no todo el mundo estuvo atento y jugó su mejor papel, y eso también pesa”.

En Colonia hemos mantenido “el electorado departamental justamente por los ediles; lógico, quisiéramos estar mejor y es ahí donde se nota o falta un lineamiento más preciso y comprometido con la realidad”.

Anchorena. Cónclave herrerista decidió ir a fondo

La última pregunta fue si ambas posturas podían aproximarse o si eran irreconciliables. Leizagoyen rechazó este término porque no cree “que aplique en el FA: si alguno de nosotros piensa que porque otro tiene otro tipo de pensamiento no podemos negociar y ponernos de acuerdo en el objetivo final, habremos fracasado, primero como hombres, segundo como representantes del voto popular, y tercero en nuestro compromiso con los cambios que necesita nuestro país”.

Leizagoyen reflexionó: “Si fuimos capaces de pasar una dictadura y salir casi enteros a pesar de las muertes y las torturas, y hemos avanzado hasta llegar al gobierno nacional, creo que ha sido porque muy inteligentemente hemos minimizado las distintas diferencias”. Está convencido de que “necesitamos savia nueva”, pero reivindica una especie “de concejo de ancianos, para decirle a las nuevas generaciones de dónde venimos y hacia dónde vamos”.       

Martínez coincidió. “Se trata de diferencias en procedimientos y estrategias. Alcanza con que todos estemos dispuestos a ceder en algo en favor de la unidad de la bancada y en beneficio de quienes defendemos, que es el pueblo de Colonia. Confío en que encontraremos rápidamente un camino”.

Roselli recordó que “la construcción de cultura de trabajo demanda mucho tiempo”, y que “las herramientas son conocidas y están a disposición. Solo cabe irlas perfeccionando en su uso”. Evaluó que “estamos en camino, y en un buen camino. Las voluntades se han ido expresando en diversas actitudes y es lo que debemos privilegiar; marchar por el camino de la virtud, de lo que acerca, lo que une, sabiendo reservar para ocasión más propicia aquello que agregue dificultades, sin negarnos en nuestras personalidades”.

Arenas es optimista. “Si estamos dispuestos al diálogo republicano, muchas veces interpartidario, mucho más estamos dispuestos con nuestros compañeros y compañeras. Porque tenemos diferencias, claro está, pero nos unen los principios que se ubican debajo de la bandera de Otorgués, la del Frente Amplio, la que nació tras el romance entre el sueño y la utopía. La solución siempre estará en poner afán en las cosas que nos unen y dar valor secundario a las que en algún momento nos dividen”.  

Pragmatista, Márquez aseguró que “de cara a los desafíos no tenemos otro remedio que forjar la unidad que se materializa en el enfoque de la realidad y sus acciones concretas. La necesita el pueblo de Colonia para frenar la reforma de la seguridad social, para que no se siga vendiendo nuestro patrimonio, nuestros puertos, nuestros recursos, para que no se privaticen los servicios públicos”. Según el edil, el reciente cónclave herrerista de Anchorena “decidió ir a fondo con su modelo”.

El FA de Colonia “tuvo una expresión de unidad en las elecciones internas de diciembre, pero cuando se armó el secretariado se dejó la mayoría afuera, y esto no se arregla con círculos estrechos, sino con más amplitud”, señaló. “Los problemas de la democracia se arreglan con más democracia, con probidad pública y más transparencia, justamente porque el pueblo la necesita. Si hacemos esas tareas el resto viene solo”.