
Marcos Petrucci. Una aventura en el Real de San Carlos hace 50 años
21/06/2022En 1972 el empresario ítalo-argentino Marcos Petrucci ofreció una inversión en el complejo del Real de San Carlos a cambio de una concesión por 30 años. Entusiasmado, el intendente Juan Carlos González Álvarez llegó a anunciar el retorno de las corridas de toros, pero tanto los toros como los contribuyentes fueron salvos por una tenaz oposición liderada por el edil Ricardo Cornú, que contó con el apoyo de los periódicos El Eco Rosarino y Claridad (FOTO). El historiador Sebastián Rivero Scirgalea lo relata en uno de sus libros.
Sebastián Rivero Scirgalea *
En 1935 el Intendente Amadeo Soler y las fuerzas vivas aglutinadas en el Centro Comercial de Colonia, intentan promover el turismo en la ciudad. Parte importante en esta reactivación, era volver a realizar corridas de toros en el Real de San Carlos. Un Comité “Pro restablecimiento de las corridas de toros” se constituyó al efecto.
El incremento del tráfico en la Ruta 1 y la mayor afluencia de turistas, se argumentaba desde la prensa, dependían de este nuevo auge del Real de San Carlos y su Plaza de Toros. Después de diversos contratiempos se consigue que el gobierno nacional de Gabriel Terra, apruebe una ley autorizando las corridas de toros en el departamento de Colonia.
Correspondería como tributo un porcentaje no menor al 10% de las entradas brutas, por partes iguales, al Ministerio de Salud Pública y al Municipio de Colonia. En noviembre de ese año, la intendencia de Colonia celebra un contrato con los señores Enrique Queirolo y Carlos Lavarello –éste último de nacionalidad argentina– para reiniciar las corridas de toros.
Según el contrato las corridas debían comenzar en 1936, depositando los concesionarios 30.000 pesos como fianza. Se debían lidiar 6 toros por corrida, los cuales no podrían tener defectos físicos, ser de buenas carnes y con una cornamenta bien desarrollada. El año en que iban a principiar las corridas, se produce la guerra civil en España, y los concesionarios se ven imposibilitados de cumplir con el contrato, trayendo toros y toreros. La comuna local, ante el incumplimiento de Queirolo y Lavarello, se incauta el depósito realizado por ellos, lo que deviene en un largo pleito legal.
Los concesionarios son representados por el abogado Dr. Horacio Baqué, quien alega causas de fuerza mayor que llevaron a faltar al contrato. El juicio se dirime en un Tribunal Arbitral, donde los doctores Rachetti, Álvarez Cina y Berro, fallan en contra de la intendencia de Colonia, considerando ilegal la medida adoptada. Pasarían 30 años para que nuevos inversores se interesaran otra vez en el complejo Mihanovich.
Al comenzar el año 1972 el empresario Marcos Petrucci se presentó a la Intendencia buscando reflotar el Complejo del Real de San Carlos, pidiendo una concesión por 30 años. Ofrecía realizar obras por valor de 300 millones de pesos. La propuesta mereció una acalorada discusión en la Junta departamental, solicitándose distintas garantías para aprobar el proyecto.
Al mismo tiempo, previendo el despegue de la zona, una Sociedad Anónima presidida por el Arq. A. Angelini, solicitaba una concesión temporaria de predios costeros (unas 8 hectáreas) para construir un complejo turístico, con un hotel de 35 habitaciones. La inversión sería de unos 5 millones de dólares.
El intendente municipal alentaba estas iniciativas y se mostraba favorable ante el futuro auge del turismo que traerían las obras en el Real de San Carlos, y en especial, las inversiones en la Plaza de Toros. “Pero hete aquí que nuevamente esa Plaza ha pasado a primer plano en la atención pública. Y razón tiene de ser, ya que el Intendente Municipal de Colonia, Juan C. González Álvarez, viene asegurando últimamente a los cuatro puntos cardinales el gran despegue turístico de Colonia y el Departamento. Y entre sus planes figura la restauración de la Plaza de Toros, donde, según sus palabras, volverán las corridas de toros y otros grandes espectáculos. Y todo esto en muy breve plazo.
Los colonienses están sorprendidos, expectantes. ¿Qué ocurrirá? ¿Será lo anunciado una grata realidad en corto tiempo? O simplemente otra de las tantas cosas de Colonia… El tiempo lo dirá. Mientras, esperemos”, – afirmó con relativo escepticismo el periódico La Colonia.
En agosto, Marcos Petrucci con una delegación argentina, junto al intendente, Juan C. González Álvarez, acudieron al Real de San Carlos para colocar la piedra fundamental del complejo turístico. Sin embargo, de la ceremonia, sólo se cumplió con la apertura del pozo, sin colocarse la piedra fundamental.

El proyecto, apoyado por el intendente, es cuestionado en la Junta, que duda de su transparencia. Se acusa al gobernante municipal de que no asegure las garantías necesarias en relación a la inversión de Petrucci. Pese a estas borrascas políticas, en octubre comienzan las obras en el Hotel Casino. A las familias que vivían en el mismo, se las trasladó para El General.
Marcos Petrucci vino a Colonia especialmente para supervisar las obras. Una pintoresca nota aparecida en La Colonia –donde se califica a Petrucci de ser “el hombre más discutido de este siglo en Colonia”– da cuenta de sus actividades: “El taxi se detuvo frente a la amplia puerta de entrada del hotel – casino del Real de San Carlos, donde hay gran actividad de obreros. Del coche desciende una menuda figura de cabellera rubia, cargado de equipajes. Le acompaña una dama. Rápidamente se dirige a la entrada del edificio, al tiempo que expresa en voz alta:
– Tomen nota. Hoy, cuatro de octubre, llega el primer cliente luego de más de sesenta años, al hotel – casino. Sonrisas. Palabras optimistas.
Y de inmediato comprobamos que se trata del matrimonio Petrucci, que pasa a radicarse en aquel hotel, para estar más cerca de los trabajos.
A un llamado, el matrimonio se detiene en los umbrales del hotel. Presentación, un apretón de manos. Y a boca de jarro una pregunta para una primicia:
– ¿Puede adelantarnos, señor Petrucci, cuando se inaugura esto?… El rubio ítalo – argentino, con una sonrisa y mirada firme, nos contesta instantáneamente:
– Puede anunciarlo: ¡en este verano tendremos trabajando el cincuenta por ciento del hotel para atender el turismo!”.
En 1973 con el golpe de Estado, el intendente Juan C. González Álvarez es separado de su cargo. El proyecto de Petrucci quedará entonces aplazado. Las obras planeadas no llegan a concretarse. Con la salida a la democracia, finalmente la Intendencia revoca en 1987 la concesión sobre el complejo del Real de San Carlos.
Al año, Marcos Petrucci presenta un escrito apelando por esta decisión. La Junta, por su parte, mantiene firme la resolución municipal.
* Tomado de «El Real de San Carlos. Desde la época colonial hasta el Complejo Turístico», Montevideo, Torre del Vigía, 2018. Las referencias a Petrucci comprenden las páginas 145 a 148.