
María de Lima: «Las cosas que me he ganado no fueron por cuota femenina»
21/02/2019La alcaldesa de Nueva Helvecia, María de Lima, nació en Paysandú en 1972. «Mi mamá fue maestra rural y en esos años trabajaba en la escuela de Pepe Núñez en Salto donde viví hasta los diez, pero ahora llevo más años de vida en Colonia que los que viví allá». Tenía 28 años cuando llegó para estudiar en la Escuela de Lechería. «La primera vez que bajé por la Picada Benítez con aquella curva y tantos árboles sentí algo muy especial: una energía pura que me dijo acá tenés que estar, y acá me quedé».
De Lima está casada con el técnico lechero Andrés Errecart con quien tienen dos hijos: Candela de 20 años que cursa tercero de la carrera de medicina, y Nicolás de 18 que este año empieza la Facultad de Derecho. Electa como alcaldesa en 2010 en las listas de Alianza Nacional, actualmente milita en el sector Mejor País, que nuclea a los intendentes de Maldonado, Enrique Antía, de Tacuarembó, Eber Da Rosa; Cerro Largo, Sergio Botana; Durazno, Carmelo Vidalín; y el ex intendente de Colonia, Walter Zimmer. En Colonia también participa el diputado Edmundo Roselli.
Una encuesta realizada por la consultora Factum en la segunda semana de febrero volvió a posicionar a Luis Lacalle Pou como líder de la interna blanca con el 57% de la intención de voto. El estudio colocó segundo entre los nacionalistas a Jorge Larrañaga (19%), seguido del empresario Juan Sartori (13%).
- ¿Dónde naciste?
- En Paysandú, porque mi mamá fue maestra rural y eligió una escuela en Pepe Núñez en Salto en el límite con Tacuarembó. En la escuela viví hasta los diez años. Fueron vivencias felices de mucho barrio e intercambio con el vecindario. Lo que te da vivir en el campo, alejado de la ciudad es la creatividad: desde “andar a caballo” con un palo hasta jugar en una casa que es un montón de piedras, o subir y bajar del caballo con un banquito como si fuera un auto. Luego en Salto terminé la escuela, hice el liceo, y tuve una adolescencia como la de todos con asados y salidas.
- ¿Cómo te vinculaste con Nueva Helvecia?
- Mis padres son separados, pero en aquellos años tenían una distribuidora de lácteos en Salto, y todas sus compras eran a productores rurales y fábricas de esta zona. Desde entonces a veces me tocaba ayudar en tareas administrativas, a veces porque te portaste mal o saliste sin permiso y tenés que trabajar (risas). La primera vez que bajé por la Picada Benítez con aquella curva y tantos árboles sentí algo muy especial: una energía pura que me dijo acá tenés que estar y acá me quedé. En 1990 me vine con mi abuela con la idea de inscribirme en la Escuela de Lechería pero no llegué a completar un año. En 1992 terminé cursando secretariado comercial en el colegio José Pedro Varela y algunas materias en la UTU en Montevideo. Luego trabajé muchos años en la Asociación de Nurses del Uruguay pero siempre viajando todos los días.
- ¿Y cuándo detectaste tu vocación política?
- Nunca soñé con ser política, no era una meta que tuviese, ni tenía una familia vinculada a la actividad política. En mi casa no había un mandato político y cada uno votaba lo que quería. En algún momento en Salto acompañé al comité a unas amigas que eran del movimiento Por la Patria, pero era muy niña. Si me hubieras preguntado hace 20 año si iba a ser política yo te hubiera dicho que no, ni pensar. No era algo que me despertara ninguna pasión en ese momento. Ya en Nueva Helvecia lo que me incentivó a trabajar en política fue la frustración de proyectos barriales, por ejemplo la policlínica del barrio Retiro, donde pasaban políticos de todos los partidos pero transcurrían los años y nada.
- ¿Y el vínculo con el Partido Nacional?
- Si había alguien que me atraía políticamente era Wilson Ferreira así que mi involucramiento llevó a que me invitaran a participar en el Partido Nacional. En la agrupación donde actuaba me propusieron ser edil local y ahí empecé en 2005 con Walter Zimmer en la Intendencia, pero en las listas de Carlos Moreira. Empecé a vincularme y a aprender mucho siendo edil local. Me acuerdo que durante una visita a la junta departamental un edil me escuchó hablando de máquinas viales y me preguntó cómo sabía tanto. Le respondí que me enseñaba la secretaria de la junta local de Nueva Helvecia que sabía mucho y hoy es la alcaldesa de Colonia Valdense. Y empecé a pensar que desde ese lugar se podían hacer muchas cosas. Estuve cinco años como edil local y en 2010, cuando la primera elección de alcaldes, desde la línea de Walter Zimmer me propusieron ser candidata. Mi elección era poco probable porque yo no tenía tanta historia en Nueva Helvecia, más que esos cinco años en que empezaron a conocerme, pero cuando fui electa, pensé: bueno por algo tenía que venir en el 90.
- Si bien aún faltan varios meses para completar su segundo período al frente de la alcaldía ¿cuál sería su balance preliminar?
- Los primeros cinco años fueron de prueba, de explorar el terreno, de ver cuáles eran las posibilidades. Soy una persona que me gusta indagar y meterme en lo municipal no solamente en el plano local sino también nacional y también compartir las experiencias. En el primer período me aboqué a la gestión, con negociaciones en la Intendencia y proyectos a nivel nacional como el primer Realizar junto al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, a lo que se sumó el trabajo desde el Plenario de Municipios generando redes en todo el país. A su vez más de 20 proyectos internacionales de distinto tamaño. En Nueva Helvecia tenemos la particularidad de que las instituciones son de la comunidad y difícilmente un gobierno nacional o departamental les asigne recursos. Con esta estrategia recuperamos la casa del primer fotógrafo, se arregló el techo de la sede del movimiento Nuevas Generaciones, el Centro Cultural, se amplió la sala del Museo, se hizo un anfiteatro al aire libre. En este período conmemoramos los 150 años de la ciudad, lo que nos acercó muchísimo a la comunidad y nos permitió presentar a Nueva Helvecia a la patria de los fundadores a través de proyectos con Suiza y Alemania. Esos lazos se mantienen, por ejemplo con Suiza que suministró una cámara de frío para el hogar pro bienestar del anciano y ahora dio una mano para la habilitación de bomberos, o también la embajada de Alemania que donó un sistema de cámaras al Hogar Fraunvereain. En el segundo período me he sentido mucho más fuerte con un gran respaldo social. Inauguramos la policlínica de El Retiro y el refugio destinado a la protección ante eventuales fenómenos climáticos o alojamiento para eventos como la reciente Copa Latinoamericana de Baby Fútbol. A partir de 2015 nos unimos a la Agencia de Desarrollo Económico a trabajar fuerte para integrarnos en las políticas de desarrollo local y hemos presentado proyectos que eran impensables como el último que ganamos junto a ADE de Juan Lacaze sobre la política de turismo.
- Durante este período cerraron las lácteas Ecolat y Schreiber Foods, y la imprenta Pressur.
- Este es un año bisagra donde hay nuevas inversiones interesantes vinculadas a la producción de aceite de cannabis medicinal para laboratorios norteamericanos, argentinos y uruguayos. Al mismo tiempo es inminente la reapertura de Ecolat con la misma empresa peruana que la había cerrado, y esperemos que activen también otras empresas más chicas que están atravesando complicaciones. El Municipio con su mesa de inversiones y empleo sumado a la Agencia de Desarrollo del Este (ADE) ha trabajado muy fuerte en la estimulación del turismo en esta región que abarca además de Nueva Helvecia a Rosario, Valdense, La Paz y Cufré. El turismo en el departamento está focalizado en Colonia del Sacramento y en Carmelo, pero acá tenemos para ofrecer playas, arena, arte mural, granjas, y mucha historia arraigada. Estamos haciendo un fuerte rescate patrimonial con museos a cielo abierto, y arte fúnebre en cementerios. Aportamos a la capacitación de pequeños y grandes inversores del sector y nos ha ido bien. La mala noticia de este año fue la noticia del cierre del restaurante Bungalow Suizo, aunque esperamos que pueda reabrir en algún momento.
- ¿Y qué resultó de la descentralización municipal en Nueva Helvecia?
- Hoy el municipio es reconocido por la comunidad como su autoridad máxima, pero a su vez como una institución amiga que construye con todos. ¿Cómo llegamos a esto? Las inundaciones y los temporales del período nos hicieron convivir y nos unimos. Esta comunidad es muy organizada y a su vez muy fuerte en su entramado social. Siempre digo que en Nueva Helvecia pasan las mismas catástrofes que ocurren en otras ciudades y son noticia durante días. En cambio acá dejan de serlo en 48 horas porque en ese lapso tenemos la solución. Somos noticia cuando las soluciones se demoran. Es maravilloso trabajar con la comunidad organizada porque ella misma te marca la agenda, los presupuestos y las prioridades. El municipio debe ser la escuela y el primer paso que uno debe dar para empezar en política porque ahí vas a saber si te gusta. Hoy yo sé que para mí esto es una pasión, que me gusta planificar y trabajar. En Uruguay hay un problema que yo no veo en otras partes del mundo y es que después de alcalde tenés que ser diputado y luego intendente y ¡mirá si vas a volver a ser alcalde! Me parece que una carrera política tiene un montón de compensaciones y espacios que podés usar y volver a usar porque el mérito personal es servir. Y después actuar con prudencia: entiendo que en las carreras políticas a veces el poder enloquece a las personas y nos olvidamos que esto es por cinco años. Después podemos renovar por otros cinco, y después no hay más, por lo menos hasta después de cinco años. Como que ahí pierden el rumbo y no saben el daño que le hacen a la gobernabilidad.
- ¿Por qué Mejor país?
- Desde que empecé en política pertenecí al sector Alianza Nacional de Jorge Larrañaga, que es un gran político, pero creo que el Partido necesitaba una vuelta. Durante algún tiempo fue la segunda fuerza, pero precisaba un giro para ser más atractivo a la hora de captar a los indecisos. De hecho, vaya si hemos generado movimiento que ya hay como cinco precandidatos. Todo esto ha puesto el foco en el partido. Nos unen un montón de cosas: la gobernabilidad, la pasión por el tercer nivel de gobierno y la coordinación entre todos ellos. No en vano están los intendentes más defensores de la descentralización. Además, nuestro grupo es diverso en sectores y ha despertado mucha militancia inclusive femenina.
- ¿Cuál es el rol de las mujeres en política?
- Las cosas que me he ganado no fueron por la cuota que promueve la participación de las mujeres en cargos políticos, aunque considero que ha dado posibilidades a compañeras que por ahí no iban a estar. No vamos a ser hipócritas y reconozcamos que la política te puede gustar, te puede generar muchísima satisfacción, pero para hacer carrera necesitás dos cosas: el apoyo de la gente y dinero para invertir. Y para las mujeres es muy difícil decir en su casa “mi hobby es la política, lo amo con pasión, dame U$S 10.000 para la interna, U$S 10.000 para las nacionales y U$S 10.000 para la departamental”. Es muy difícil para una mujer. El hombre y la mujer construyen juntos y la mirada de ambos complementa y enriquece la política. Puede ser que la mujer por su característica maternal aporte humanidad y el hombre objetividad.
- ¿Cómo ve la campaña Vivir sin miedo que impulsa el senador Larrañaga?
- Tenemos libertad de acción para acompañarla o no, pero estamos de acuerdo en que se deben encarar acciones. Creemos que el país está atravesando una situación complicada en materia de seguridad y que las soluciones deben ser ahora. Disponemos de oportunidades y recursos humanos que no están siendo utilizados. Por ejemplo: en Maldonado su intendente -y precandidato presidencial-, Enrique Antía dispuso en acuerdo con el Ministerio del Interior una fuerte inversión en cámaras de seguridad y una central de monitoreo al estilo de importantes ciudades como Lima. De esta forma el recurso humano es mucho mejor aprovechado. Yo pregunto: Colonia ¿no tendría que hacer este tipo de cosas? ¿No se podría dividir en regiones e instalar una central de monitoreo en Valdense para controlar también Rosario y Nueva Helvecia, y otra en Carmelo? Jorge (Larrañaga) hizo una gran campaña con esto y demostró que la gente necesita un cambio en materia de seguridad.
- A contrapelo del Uruguay bien rankeado en valores como democracia y transparencia entre otros, en los últimos años los episodios de corrupción han salpicado a los tres principales partidos.
- Creo que el problema radica en quedarse mucho tiempo en el gobierno: la gente se va quedando, se va quedando y va generando este tipo de problemas. Obviamente todos representamos a un partido y este es el que queda complicado, pero va mucho en las personas. Si las personas se dejan corromper, después el que paga es el partido. Si nosotros diéramos más agilidad, más dinámica al ejercicio del gobierno no nos estarían pasando estas cosas. Muchas de estas personas se creen todo lo que dicen, y cuando están convencidos de que todo lo que hicieron lo hicieron bien estamos en un gran problema, porque no aceptamos los errores y debilidades humanas. Creo que tampoco deberíamos actuar solo por la disciplina partidaria, porque todos somos seres humanos que representamos a nuestras agrupaciones –la gente que te votó por lo general lo hace por cómo sos o cómo trabajás-, entonces también tenés que dar tu opinión. A mí me da gracia cuando en cualquier partido se enojan con uno u otro compañero porque hizo algo diferente: para mí eso construye democracia.
- ¿Cómo sigue esta carrera? El 30 de junio será la elección interna.
- La ley de descentralización municipal solo permite una reelección o sea que este es mi último año como alcaldesa. Voy a trabajar en mis agrupaciones tanto la nacional como la departamental que es la 2819 y después de ahí, según la confianza de la gente expresada en votos, definiremos hacia dónde vamos. Creo que cada vez más debemos concientizar a las personas que los cargos –senadora, intendenta, diputada, edila, directora, etc.-, los dan ellos con su voto en la interna. Porque yo puedo ser la mejor candidata por ejemplo a la intendencia, pero si nadie me vota es muy raro que lo sea. Por eso digo que, por no ser obligatoria, la gente se pierde la mejor oportunidad de expresar su voto en la interna. Es la elección más importante del país, donde vos decidís quiénes serán tus candidatos hasta en la lista de ediles, porque tus votos van a valer para todas las negociaciones de listas.
- El intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, ha dicho que usted tiene condiciones para completar la fórmula presidencial del Partido Nacional …
- La primera vez no lo dijo Botana sino que lo escuché en la casa del Partido. Presidí el Plenario Nacional de Municipios durante un año y medio, y eso me acercó a la política nacional. Lo que dice Botana es que por lo menos en 112 territorios un par de personas me conocen considerando al alcalde y a algún concejal. Como siempre se forman grupos de apoyo pero nosotros estamos trabajando por Mejor País y para que Enrique Antía sea nuestro presidente. Lo demás son acuerdos políticos que la interna partidaria, la vida y los años dirán.
- Ese lugar en la fórmula también es bien visto por la senadora Verónica Alonso, aunque recientemente sufrió un tropezón al involucrarse con la iglesia Misión Vida …
- Verónica es una compañera trabajadora, que ha luchado y tratado de buscar su lugar. Como todo, es un ir y venir. Depende de cómo se maneje el tema, pero el de la iglesia vota. Antes de criticar a un compañero, tanto de mi partido como de otro, hay que ver cuáles no tienen votantes de las iglesias, o cuales no tienen pastores de alguna iglesia. Los votos son votos, y no hay ciudadanos de primera o de segunda por pertenecer a una u otra iglesia. Considero que debe haber libertad y que primero hay que mirar para adentro de cada una de las agrupaciones de todos los partidos políticos, y después decir de esta agua no he de beber. Una cosa es estar con iglesias y otra es otro tipo de manejo. Yo no conozco directamente el tema de Verónica más que por lo que sale en la prensa. Respeto todas las opiniones, pero considero que se la ha castigado mucho.